Lo primero es seleccionar los mejores esquejes que queremos reproducir, y los cortaremos entre 20 y 30 cm, de 3 a 5 nudos.
Con un cepillo de dientes y un vaso de agua con jabón de lavar los platos, cepillaremos bien cada esqueje procurando limpiar bien cada hueco para eliminar hongos. Lavaremos bien con agua para quitarle los restos de jabón y dejaremos que se seque.
Despues que estén bien secos en la parte baja del esqueje donde le saldrán las raíces cubriremos con papel de cocina absorbente y lo humedecemos con agua que no contenga cloro.
Embolsaremos los esquejes de uno en uno, de tres en tres o de cinco en cinco, según nos interese, para no hacerlos todos juntos por si entrara un hongo y perjudicara a todos a la vez.
En bolsa transparente se ve mejor cuando le salen las raíces |
Sellaremos con cinta de papel, que es fácil de quitar y nos sirve para anotar la fecha de "embasado". Guardaremos en un lugar seco y oscuro.
Después de 25 días aproximados podemos abrir el "embasado" ya que estarán con muy buenas raíces y podremos pasarlos a bolsa de vivero, donde terminarán de enraizar y producir nuevos brotes, obteniendo nuestra nueva planta de vid que en unos meses estará lista para transplantarla a su lugar definitivo.
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